En decoración, lo primero es fijar de antemano el clima, una intención que se sienta hasta en el aire, en la forma de resolver el espacio, en el tipo de casa que se quiere hacer.
Los cuadros y espejos repetidos, o las microcolecciones de jarrones consiguen imprimir sentido de orden.
En las paredes, tonos neutros para vestirlas con objetos que aporten algo: una obra de arte, una balda, una composición de espejos.
También hay que imprimirle un toque excéntrico o exótico, como el que aportan algunos objetos aparentemente inútiles como las figuras de animales o esas espirales de piel de serpiente.
Da igual de donde vengan los objetos, mientras tengan algo especial puedan ser ubicados en el contexto de un lugar.
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