El objetivo es inventar una casa armoniosa, llena de luz y de sol, que resulte acogedora y creativa. Las piezas y muebles antiguos acaparan toda la atención, y con tejidos y objetos de otros países se puede imprimir un toque de exotismo.

Los balcones o corredores exteriores merecen especial atención, deben ser amoblados con sumo cuidado, como si fueran una habitación más de la casa. Mesas, sofás, alfombras, muchos almohadones, mesas de hierro forjado, cristal o bambú e incluso alguna cama tailandesa deben invitar a disfrutar en ellos de un magnifico jardín y de las agradables temperaturas cálidas.

El confort debe primar, una casa es para vivirla. No importa renunciar al lujo, es preferible los muebles prácticos y acogedores, a entrar en una casa y tener la sensación de que no se puede tocar nada.

 

Hay que ser creativos e introducir piezas de otros países, una mesa italiana, una cama tailandesa, alfombras marroquíes, lo que la imaginación sugiera.

Los objetos fetiches hacen que uno se sienta cómodo en su casa; alguna colección de teckels en porcelana, bronces, grabados y pinturas; todo lo que haga más personal este universo tan íntimo que es la casa.

Los colores de paredes deben ser de preferencia de tonos claros, pero también pueden destacarse algunas dependencias con colores más vivos.