Aunque se trate de una construcción nueva, que por lo general suelen ser convencionales, frías y sin vida, es posible imprimir a la misma naturalidad, relax y sabor a campo, con tres elementos principales, muebles rústicos, telas naturales y revestimientos muy cuidados.
Para crear un ambiente homogéneo y cálido en todas las estancias, con un aire rústico, escogeremos piezas provenzales, muebles con acabados decapados o pastel y una combinación de textiles de hilo y algodón, en tonos neutros, rayas, flores o cuadros vichy. El aspecto de auténtica casa de campo lo podemos obtener dejando las vigas del techo al descubierto, con un revestimiento de ladrillo falso en la zona de estar y los suelos de barro. Estos acabados destacan en la cocina sobre todo.
Con los falsos ladrillos, los azulejos en la cocina y el comedor, y los suelos de barro se consigue darle calidez y sensación acogedora en estas estancias.
Para las zonas comunes escogeremos los colores crema y el blanco roto. Pero para los dormitorios, podemos recubrir las paredes con papel que imita la madera de cabaña, que se puede combinar con cortinas en fresa y beige, y camas nido.
En las tapicerías de sofás, butacas, y sillas, y en cortinas y cojines, escogeremos siempre tejidos frescos y ligeros para conseguir un interior alegre y de gran amplitud. Para un aire desenfadado e informal, podemos inclinarnos por las persianas de fibra natural en las zonas de día.
Escribe tus comentarios